miércoles, 18 de enero de 2012

Modulo IV Parte II

  Fundamentalmente,  la  producción  de  las cosechas consiste en los esfuerzos del hombre para utilizar un medio ambiente completo, dinámico para sus beneficios económicos y bienestar. Además de los seres humanos y el resto del mundo biológico, los elementos circundantes de las plantas se pueden dividir en:
Clima- Fitogeografía- Suelos; cuyos componentes están integrados estrechamente y sujetos a incesantes cambios en el tiempo y en espacio.
     El  presente  trabajo  demostrará  la relación existente entre los diferentes tipos climáticos, los sistemas agroecológicos y  la agricultura. El manejo adecuado de los cultivos a un medio ambiente favorable determinará su incremento en los rendimientos, de ahí que el hombre al producir las cosechas, debe estar interesado, principalmente, en obtener y mantener un balance o equilibrio favorable entre las diversas variables que constituyen el ecosistema agrícola.
     Mucho de los factores agrupados bajo el clima y los suelos determinan donde se pueden producir las cosechas: ellos son la estructura básica sobre la cual descansan las labores agrícolas del hombre. Si un factor o más son delimitantes, especialmente los componentes del clima, se reducen grandemente las posibilidades de obtener con éxito la producción de cosechas. 
     Si  se  desconoce  el  binomio  hombre + naturaleza,  cuyo resultado es en nuestros días  la agricultura ecológica;  actividad efectuada hace muchos años atrás por nuestros antepasados hijos del sol,  se pone en peligro la gran variedad de climas y suelos presentes en nuestro planeta y que hacen posible la biodiversidad tanto faunística como florística.
Las plantas son los seres vivos que más dependen del clima y que menos pueden sustraerse de su influencia, la luz, el calor, el agua y el aire son necesarios para su desarrollo. Es por ello que dicha influencia determina la existencia y distribución geográfica de las especies, sin embargo, de acuerdo con sus posibilidades, las plantas tratan de adaptarse al medio físico donde habitan y en algunos casos modifican ese medio, de modo que resultan reducidos los efectos limitativos de temperatura, luz, agua y otras condiciones físicas. Semejante compensación de los elementos es eficaz al nivel de organización de la comunidad, como en las plantas xerófilas que desarrollan poblaciones localmente adaptadas en medio donde la humedad es un elemento limitante.
Así se explica que cada clima tenga una vegetación propia. Los climas polares y fríos presentan una vegetación sin árboles, y plantas herbáceas vivaces. En los climas tropicales, el calor uniforme y  las precipitaciones traen consigo una vegetación exuberante, mientras que los climas templados se caracterizan por una vegetación de árboles de hojas persistentes, en especial, coníferas. En los desiertos, la flora xerófila es la mejor adaptada. El centro de Australia está formado por desiertos Plantas xerófitas secos y pedregosos en los que pocas plantas pueden vivir. Los árboles botella sobreviven en esas áreasalmacenando agua en su interior.
     El clima es el principal determinante del tipo de vegetación y la presencia de un bosque está condicionada por la cantidad de lluvia que cae en el lugar, pero a su vez, la vegetación obra poderosamente sobre el clima. Así, la  densa vegetación de las selvas tropicales, con su enorme transpiración aumenta la humedad del aire y facilita la lluvia.      Los  bosques  influyen  en  la  temperatura, especialmente en las máximas, las cuales son moderadas mediante la sombra que proporcionan los tupidos follajes.
También influye en el calor, el cual es absorbido por la evaporación del agua que transpiran las hojas formando además niebla o nubes de protección contra la insolación directa. Por otra parte interrumpen los vientos protegiendo a sembrados y poblados; al diminuir la velocidad del viento disminuye  naturalmente la evaporación del terreno que defienden y lo protegen contra la aridez.
     La vida animal está ligada a la vegetación que, a su vez, responde a la zona térmica. De esta forma, la vida animal está influida por el clima. En los climas tropicales, donde abunda el follaje, la fauna es variada. En las sabanas, la fauna es periódica, durante la estación seca  los mamíferos emigran y, cuando se inician las lluvias, la vida se hace intensa. En los desiertos, los camellos se adaptan mejor a la escasa humedad y vegetación. En las estepas la vida animal es periódica, ya que en verano abunda el alimento y en invierno escasea. Las estepas y las florestas de coníferas presentan una fauna arborícola.
El clima ejerce una marcada influencia en las diversas actividades que desarrollan los seres humanos, aunque el hombre se opone a sus factores negativos y trata de revertirlos en su  beneficio. Con tecnología, vestuario y vivienda adecuadas para cada clima, el hombre ha podido combatir los elementos adversos del mismo y desplazarse a regiones antes inhóspitas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario